Balada de Melody Nelson

                            

Esta canción es nada menos que de 1971 y no envejece. Para mí, es una de las más bellas que ha compuesto Gainsbourg.

                                                 Balada de Melody Nelson


Ésta es la historia 
de Melody Nelson
que salvo yo
nadie tomó nunca en sus brazos,
eso os extraña
pero así es.

Tenía mucho amor,
pobre Melody Nelson,
sí, tenía toneladas de amor,
pero sus días estaban contados
catorce otoños
y quince veranos.

Un pequeño animal
esa Melody Nelson,
un adorable chicazo
y tan deliciosa criatura
que solamente conocí
un instante.

¡Oh! mi Melody Nelson
amable tontita
tú eras la condición
"sine qua non"
de mi razón.

                                      Serge Gainsbourg
Para Susana...

A orillas del mar

                           

Dedico esta canción a mi hermano Enrique, en recuerdo de los días de playa en Comillas.

Vacaciones a orillas del mar

Íbamos a orillas del mar

mi padre, mi hermana, mi madre;

mirábamos a los demás

como gastaban su dinero.

Nosotros teníamos que andar con cuidado;

después de pagar un alquiler

no nos quedaba gran cosa.

Entonces mirábamos los barcos,

chupábamos polos de limón,

los hoteles y restaurantes

sólo pasábamos  por delante,

y mirábamos los barcos.

Por la mañana, nos levantábamos temprano,

en la playa durante horas

tomábamos el sol.

Íbamos a orillas del mar

mi padre, mi hermana, mi madre;

y cuando las olas estaban quietas

pasábamos el día en las islas; 

salvo cuando ya no se podía.

Entonces mirábamos los barcos

chupábamos polos de limón,

sentíamos algo de pesar,

pero sin embargo era bien bonito.

           

                                 Michel Jonasz.

                                      

Giudecca

Con la Basílica "San Giorgio Maggiore" y la Iglesia de "Il Redentore" en la isla Giudecca de fondo, celebraron, con Prosecco, el seguir juntos después de tantos años.

El Sendero del Agua

El Culebre

La Anjana

Por el Sendero, que bordea el riachuelo, iban caminando examinando los alrededores en busca de los seres mitológicos que en aquel lugar se encuentran y tratando de descifrar las extrañas enigmas que colgaban de algunos árboles. Iñaki encontró el primero, “La Anjana”, agarrada a una rama, intentando alcanzar el agua.

Después de toparse con “La Viejuca” y el “Culebre”, sobre las raíces de un roble caído, destacaba “El Ojáncano”; se preguntaron si no fue él quien, en una noche de ventisca, sus greñas enredadas en las ramas del árbol, lo echaría al suelo.

Cruzaron el río hollando las “paseras”, agarrados a un hilo salvador y se acercaron a la cascada del Sendero, que nunca deja de fluir.

De vuelta, al pasar delante del “Musgoso”, creyeron oír un sonido de flauta que les envolvió un instante. Estaban tan ensimismados que se sorprendieron ante el gigantesco “Apple Fénix” , el espantapájaros que reina entre los manzanos.

De regreso a la casa, “hacía hambre” y, en un momento, prepararon un delicioso ágape donde no faltó la sidrina de Jams y la tarta especial de Curra.

La Viejuca

El Ojáncano

El Musgoso

El Apple Fénix

La cascada del Sendero

El riachuelo

La casa rural, El Sendero del Agua, se encuentra en San Vicente del Monte (Cantabria).

Reencuentros en Santillana del Mar

Un sol radiante iluminaba Santillana del Mar; la Villla celebraba su fiesta en honor de Santa Juliana, patrona del pueblo.

Como cada año, acudieron a la cita; asistieron un rato a las danzas típicas y seguido hicieron la ruta de los vermuts, saludando a amigos y conocidos, festejando la llegada de nuevos seres como los mellizos de Tito que tanto le enorgullecen.

Acabaron comiendo en un lugar de encanto, “La Huerta del Indiano”, antigua casona recuperada y acondicionada en un magnífico restaurante, rodeados de tranquilidad y de árboles centenarios, en compañía de sus amigos Paco y Emi.

Brindaron como siempre por los que faltaban, recordando los buenos momentos; aquel también lo fue, otro instante mágico, de felicidad.

San Michele

Cuando llegaron al cementerio San Michele, ella le dijo: “ Ya verás que su tumba es de lo más sencillo y humilde”. No se equivocaba; rodeada de otras losas tan discretas como la suya, encontraron la de Igor Stravinski; sobre ella, dos rosas colocadas con cariño...

                                         

Ca' Macana

Después de cruzar el puente, descubrió, sin querer, en una estrecha calleja, la famosa tienda de máscaras venecianas. Enmarcando la puerta, un Arlequín y un Pulcinellas esperaban al visitante. La invitaron a entrar y curiosear; centenas de antifaces colgaban de las paredes, sobre un atril un libro esperaba ser ojeado; leyó el título: “ Eyes wide shut” de Stanley Kubrick.