martes, 31 de marzo de 2020

INFANCIA ROBADA



Para Viernes Creativos, mi texto inspirado en la fotografía de Sally Mann.


INFANCIA ROBADA


Bonnie fue una niña espabilada, respondona y mandona. Era vecina mía y ella decidía siempre los juegos que compartíamos. Yo, siendo más pequeña, accedía a todos sus caprichos y no me importaba, me lo pasaba bien con ella. Hasta que se cansó de juegos de niñas. Acostumbrada a las palizas de sus padres no tenía miedo a nadie, si tenía que pelearse se peleaba, sin importarle los ojos morados y demás moratones. Con esos modales enseguida tuvo su pandilla de pequeños delincuentes, robando chuches en la tienda de golosinas, atracando escolares de camino al colegio o abuelitas de regreso de la compra. Con catorce años recién cumplidos desapareció del barrio. Se largó con un fulano de su misma calaña.
No supe de ella hasta hoy. En primera página del periódico aparece retratada junto a su pareja. Leo el titular: Se buscan los fugitivos Bonnie Parker y Clyde Barrow. La reconozco perfectamente, sigue teniendo la mirada retadora que tenía de cría y esa manera tan personal de sostener el cigarrillo.




 

domingo, 29 de marzo de 2020

La coleccionista de arenas




Con este relato de menos de 200 palabras participo a la convocatoria de ENTC (Esta Noche Te Cuento).
Tema: Los coleccionistas.

La coleccionista de arenas
Lucía coleccionaba arenas. Arenas blancas de playas lejanas, arenas negras de tierras volcánicas, arenas claras y más oscuras. Las colocaba en frascos de cristal de diferentes tamaños y colores que repartía en una estantería situada en la entrada de su casa. Algunas las había recogido ella, pero la mayoría eran regalos de sus amigos. En lo alto de la estantería estaban dispuestas unas caracolas enormes, de esas que si acercas el oído puedes oír el mar.
Los días de buen tiempo, cuando los rayos del sol calentaban un poco, salía por la mañana a la terraza de su casa con un frasco y una caracola. Tomaba asiento en su butaca y repartía la arena en una bandeja que posaba sobre sus rodillas. Entonces con una mano aguantaba la caracola cerca de su oído, con la otra removía la arena y se dejaba acariciar por el sol. A la hora de comer se acercaba su madre a recogerlo todo y Lucía la seguía con la ayuda de su bastón blanco.

lunes, 2 de marzo de 2020

SÉPTIMA VIDA




Mi texto inspirado en la fotografía de Gabriel Guerrero Caroca, para Viernes Creativo.

SÉPTIMA VIDA

El mejor momento del día para mí es cuando Cloé, mi ama, sale a recoger a sus diablillos de hijos. Entonces la casa se queda vacía y en silencio. Me dirijo a la sala de estar y me coloco sentada en el respaldo del sillón orejero. Me quedo quieta, en la penumbra, atenta a cualquier ruido o movimiento, como digna protectora del hogar.
Soy Bastet, la diosa gata.

LOS PRETENDIENTES DE AGAPITO



Mi relato inspirado en la fotografía de Cristina G. Rodero.

LOS PRETENDIENTES DE AGAPITA


Agapita nació sorda. Sus padres se dieron cuenta cuando tuvo la edad de empezar a hablar, ella solo emitía unos ruidos extraños que daban bastante miedo. Debido a su minusvalía nunca asistió a clase y no se rodeó de niños y niñas de su edad. Se quedaba en casa a ayudar a su madre en las tareas del hogar o acompañaba a su padre en las faenas del campo.
Cuando se hizo adolescente quiso ir a las romerías como los demás jóvenes, pero eran tantas las bromas que le gastaban que no volvió a aparecer por ninguna fiesta.
Ya tendría unos sesenta años cuando le tocó la lotería, el premio gordo. Llevaba años comprando el mismo número. A partir de ese día llegaron “mozos” de los pueblos vecinos a pretenderla y ella que no había olvidado las bromas gastadas se reía de ellos retándoles a hacer simplezas: correr cien veces alrededor de la plaza del pueblo, bañarse en el agua fría del río, hacerse una foto todos juntos subido en un banco de piedra..., para finalmente despacharlos sin más dilación. Aquello duró un tiempo hasta que ella misma se cansó de las visitas.
Del dinero ganado guardó una cantidad razonable para pasar una vejez sin apuro, el resto lo donó a una institución para sordomudos.

EN EL MUELLE




Para Viernes Creativo, mi texto inspirado en la imagen de Ana Suárez.

EN EL MUELLE

En las viejas tablas del muelle dibujó un corazón con ayuda de su navaja multiusos. No le dio tiempo a añadir una flecha y dos iniciales, ya la bocina anunciaba que el barco iba a zarpar. Agarró su petate y embarcó.
Desde la cubierta, junto a otros marinos, levantando la mano se despedía de su amada. Ella, en tierra, llorosa hacía ondear su pañuelo blanco que una ráfaga de viento inesperado le arrancó.
Sintió que aquello era un mal presagio.