Imagen sacada de Internet
Marzo 1244:
Los ojos
de Bruna refulgían como el fuego, como el fuego de la hoguera que la
esperaba. Erguida y serena, iba caminando con los demás cátaros por
no haber renunciado a su fe.
Recordaba
el asedio sufrido durante meses en el castillo de Montségur, en lo
alto de la montaña. Cuanto más se acercaba al fuego, más brillaban
sus ojos. No tenía miedo, pues iba a encontrarse con el Padre y
atrás dejaba este mundo de sangre y fuego.
Además,
regresaría...
En las
noches de tormenta, suele aparecer una Dama Blanca cerca de las
ruinas del castillo. Baila y canta canciones tristes. Dicen que en la
zona del “Prat del Cremats” se puede percibir una energía
poderosa … son las almas de los que allí perecieron.
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