viernes, 15 de febrero de 2013

Candados del amor


                                                                                          Imagen sacada de Internet



Se querían. Habían decidido sellar su amor, pero,¿ de qué manera?.
Ella había leído la novela de Federico Moccia “Tengo ganas de ti” y tuvo la idea de hacer como el protagonista que, para convencer de su amor a una mujer, coloca un candado en el puente Milvio en Roma, y tira la llave al río Tiber.
En Santander no hay río, hay mar. Entonces fueron caminando por el sendero que bordea el mar, en Cabo Menor. Al final se encuentra una pequeña explanada de madera, desde donde se puede contemplar el inmenso mar e intentar ver el rayo verde en los atardeceres de verano. Fue allí, en la barandilla, donde ataron un candado con sus iniciales. Al tirar la llave al mar, se miraron profundamente a los ojos, sellando así su amor “eterno”.
Si pasas por el lugar, no dejes de mirar, verás que ya varios candados “adornan” la barandilla.
Igualmente en ciudades de Europa como París, Roma, Madrid, Moscú, Sevilla...los candados del amor cubren sus puentes. En Roma la primera farola del puente que acogió los candados se derrumbó de tanto amor que llevaba. En París el alcalde les mandó retirar del “Pont des Arts” porque el peso que soportaba la barandilla la estaba dañando; los enamorados se manifestaron y de nuevo aparecieron candados por el puente. En Moscú, para no estropear la estructura del puente levantaron unos árboles de metal; cuando están llenos los retiran a un lugar determinado y así todo el mundo contento.
Al final, el amor vence...

3 comentarios:

  1. Enfin, chose promise, chose due, je viens de parcourir ton blog et ce que j´ai lu m´a beaucoup plu. À une prochaine visite donc...

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  2. precioso Gina...el amor da sentido a la vida

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  3. El amor y su temporalidad, el amor y su necesidad, yo he puesto algún candado en un puente pero el más importante lo llevo en el corazón, ese sí que me ata al amor a una mujer, al amor a los amaneceres, a las olas cuando rompen, al Chiqui, al Sardinero a aquél Río de la Pila, a Somo, Pedreña, a Bárcena Mayor, a los senderos por donde camina el alma, a esas nubes viajeras...

    Afectuoso saludo,

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