viernes, 5 de abril de 2013

Viaje de novios tres estrellas


                                                              




Blaaanca y radiaaante va la nooovia...” Se escuchaba la canción cuando la pareja de novios se acercó al altar. Se habían disfrazado para la ocasión. Ella llevaba un vestido blanco impoluto, tipo princesa de cuentos, que disimulaba muy mal su embarazo de ocho meses. Él iba embutido en un frac alquilado . El cura no se explayó mucho y les casó rápidamente, pues,como todos los invitados, lo que quería era dirigirse al banquete-comilona previsto.
Al día siguiente, los novios partieron de viaje hacia Benidorm. Habían elegido un coqueto hotel de tres estrellas cerquita de la playa.
Después del pesado viaje en coche, ella no se encontró muy bien. Al llegar a la habitación, empezó a tener fuertes contracciones, hasta que de repente gritó:”¡He roto aguaaas!”.
No hubo tiempo de desplazarse. Alertados por los gritos, acudió el personal del hotel y más tarde un médico.
Y fue allí, en la cama de una habitación de un hotel de tres estrellas de Benidorm ,donde nació su primer hijo. El marido se quedó perplejo al contemplar al recién nacido; no es que el niño no estuviera sano, que lo estaba y además guapísimo; era su color lo que le extrañaba. Caviló un rato y se acordó del joven africano que, unos meses antes, solía pasear por el pueblo.
Miró al bebé, miró a su mujer un poco cortada y exclamó:”¡Caray!¡Qué bronceado nos llega el mozo!”.
Y los dos se echaron a reír.

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