miércoles, 15 de enero de 2014

La física es un placer.



                           


Leyendo el libro, "La piel del cielo" de Elena Poniatowska, premio Cervantes 2013, recordé porqué mi hijo estudió Físicas.
La física es un placer nos dice Antonio Vega en su canción, "una décima de segundo"

"Sí, esa inmensidad frente a sus ojos era suya, correspondía a la que él llevaba dentro. Millones de criaturas se movían y apresuraban, así como dentro de su cuerpo tejían una red de circuitos que retenía su vida sobre la tierra, la textura de su cuerpo. Él era su propio universo y mucho más. La ciudad desierta, nada se movía sobre la Tierra. El silencio venía de las estrellas. ¿Dónde estoy? Lorenzo respiró hondo. ¿Y si al cerrar la pequeña cúpula ya no viviera nadie, sólo las estrellas, como era su deseo? A escala cósmica, en la bóveda celeste, los objetos luminosos fotografiados que examinaría mañana bajo el microscopio eran otro cuerpo que latía como él. Las partículas tenían radiación, energía, magnetismo. Lorenzo apuntó el telescopio hacia Orión y sólo dejó de observar cuando vio la luz blanca del alba."

2 comentarios:

  1. Vaya no soy como ese Lorenzo, yo soy más un Lorenzo de letras que de física, aunque la astronomía me encanta. Un abrazo cósmico.

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    1. Pues realmente el Lorenzo de la novela empieza siendo abogado; renunciará a la abogacía y casualmente se topará con la astronomía y la física.
      Gracias por pasarte Hijo de la Luna.

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